(Liverpool, Agencia EPS) Tras el mundialmente conocido hecho que involucró al goleador uruguayo, Luis Suárez (en particular a sus dientes) y al jugador serbio del Chelsea, Branislav Ivanovic (en particular a su brazo), la directiva del equipo inglés Liverpool FC mantuvo una reunión secreta con el Club Nacional de Football de Uruguay (institución que defendió Suárez en sus primeras épocas). En ese encuentro, que se habría realizado en un lugar no definido de Europa, directivos del equipo británico le habrían pedido a sus pares uruguayos que aceptaran tener en sus filas al jugador hasta fin de año, como parte de la terapia de control de ira que un equipo multidisciplinario habría diseñado para el controvertido deportista.
El delegado del club ante la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF, por sus siglas en español), Alejandro Balbi, era otro de los directivos que tenía cierta reticencia, pero de distinto tenor a la del presidente (siempre según la fuente): “Balbi fue contundente en su posición. Según él, había que negociar con el Liverpool cuánto dinero le darían al club por colaborar con la recuperación de Suárez. Dijo: ‘A Luisito lo quiero mucho, pero esto es por plata. Si somos parte de la terapia, eso tiene un costo’, y aplaudieron todos”, concluyó Andrés.
Infructuosos fueron los intentos de nuestros corresponsales en el Reino Unido de obtener declaración alguna de los propietarios del club, el Fenway Sports Group. Sin embargo, una breve frase del entrenador de The Reds (Los Rojos, término que se utiliza para identificar al Liverpool), Brendan Rodgers, estaría confirmando la negociación y la cesión en préstamo de Suárez por más de seis meses: “Hay que hacer lo que hay que hacer”, declaró.
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