123Wilfredo Amadeo Trazón es un niño de tan solo cuatro años de edad, capaz de identificar las cinco ciudades con más habitantes del país que se le indique, publicar diariamente tuits en su cuenta personal, cantar cualquier canción al revés en busca de mensajes satánicos, enviar un SMS de 150 caracteres en menos de quince segundos, atarse los cordones de los zapatos con una sola mano, silbar mientras come gofio, mover las orejas al ritmo de la música y nombrar los once titulares del seleccionado uruguayo en cualquiera de las ediciones de la Copa América. Sin embargo, su capacidad se vuelve nula si se enfrenta a un instrumento musical, a un pincel o a la más elemental operación matemática.

Nacido en la localidad de José Pedro Varela, departamento de Lavalleja (Uruguay), Wilfredo mostró sus dotes para realizar cosas inútiles desde muy pequeño. Amílcar Trazón, su padre, nos cuenta al respecto: "Desde chiquito dio señales de que era capaz de hacer cosas que habitualmente los bebés no pueden. Por ejemplo, todavía no caminaba y gateando iba hasta el televisor para cambiar de canal y poner algo que le gustara. Pero era darle el control remoto para que hiciera lo mismo sin tener que moverse y lo usaba como martillo". Su mamá Ana Laura, maestra de profesión, cuenta desconsolada cómo al ver las posibilidades del niño de realizar tareas impensadas buscaron, inútilmente, incentivarlo: "Durante tres años, le hicimos escuchar a 'Wilfi´ música de todo tipo, constantemente. Cuando llegó su tercer cumpleaños, le regalamos un teclado electrónico semiprofesional. Lo miró un buen rato, lo enchufó él solito, lo prendió, eligió la base rítmica y cuando se puso a tocar nos hizo sentir que L-Gante era la Orquesta Sinfónica del Sodre al lado de él".

¿Qué dicen los especialistas? Para entender mejor la situación de este niño tan particular, acudimos a la opinión de personas especializadas en el tema. El neuropsiquiatra pediátrico Dr. Juan Artemio Macedo. dijo a este medio que, en la situación de Wilfredo, aplica el concepto técnico de 'prodigio selectivo': "Como todos sabemos, el cerebro administra diferentes tareas en distintas zonas del mismo. En el caso de este niño se da el desarrollo, más allá de la media, de un espacio cerebral destinado a las actividades banales". Preguntado sobre si se conocen casos de este tipo en el mundo, respondió enfáticamente: "¿En el mundo? ¡En Uruguay! El 'prodigio selectivo' es más común de lo que la gente cree, sólo que no se diagnostica ni se trata, simplemente se asume... ¿Quién no conoce casos de personas que hablan con un vocabulario florido y lleno de ricas expresiones, pero que no dicen nada sustancial? Bien, ahí tenemos un caso similar al de Wilfredo, un prodigio en el manejo de las palabras, pero absolutamente limitado en el razonamiento. Claro que en estos casos, a diferencia del pobre chiquilín, les va a servir para algo si se inclinan por una carrera política (se ríe)".

Distinta fue la visión de la psicóloga especializada en niños prodigio, Lic. Ana Clara Garméndez, quien se distanció de la opinión del Dr. Macedo: "El tema es muy simple; no debemos afirmar que Wilfredo sea un niño prodigio y punto. Si nos regimos por la definición de Wikipedia, niño prodigio 'es alguien que a una edad temprana domina uno o más campos científicos o artísticos emprendidos generalmente por adultos'. Lamentablemente, las capacidades del pequeño no entran en ninguna de esas dos categorías, así que afirmar que estamos en presencia de un nino prodigio es un error liso y llano". Consultada, a partir de su respuesta, sobre cuál es entonces la situación de Wilfredo, simplemente respondió: "no sé".

Seguiremos informando.


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